El actual edificio fue proyectado por Juan Vidal en 1940 para reformar el ya existente. Muy sencillo, con escasa decoración, ocho alturas, y la misma distribución funcional de todos los demás edificios: bajo y entreplanta para locales comerciales, y seis plantas de viviendas; casi todas ellas con zona de servicio, orientadas a los patios interiores, y la zona de la familia.
Las fachadas se resuelven con paños lisos acabado con aplacados de piedra. Sus voladizos en las esquinas, el mirador que comprende las cuatro plantas intermedias de la fachada principal, y en la última planta, las barandillas metálicas, lo convierten en un buen ejemplo de la corriente racionalista con carácter funcionalista dentro del Movimiento Moderno.
De la antigua Casa Caturla no se conserva más que la puerta de acceso al zaguán, situada en la fachada principal y realizada de madera, que durante la noche se protege para su perfecta conservación.