Una idea del historiador local Domingo Bohórquez llevada a la práctica por el escultor Mario César de las Cuevas. De unos 3,5 metros de altura, está realizada en bronce patinado y colocada sobre una base de piedra en la que se muestran dos atunes en el mar. Memoria viva de Sancti Petri (no confundir con Novo Sancti Petri) y que está colocada en el acceso al antiguo poblado almadrabero.