En el barrio de San Miguel de Estella-Lizarra, en la margen izquierda del río Ega, donde en la Edad Media convivieron francos y navarros, se levanta la iglesia de San Miguel, un templo tan sencillo como bello, que alberga en su interior valiosos tesoros artísticos. San Miguel, ubicada en la cima de un escarpe rocoso conocido como "La Mota", comenzó a construirse a finales del siglo XII, pero las obras se dilataron en el tiempo, lo que le permitirá diferenciar en el edificio varios estilos.
La portada Norte representativa del tardo-románico hispano. En su tímpano reconocerá al Cristo en Majestad, rodeado por los símbolos de los cuatro evangelistas, la Virgen y San Juan como intercesores en el momento del Juicio.
En las ménsulas podrá distinguir a un león tragando a una persona, y a otro, enfrentado, devolviéndola. En los capiteles de las columnas que sujetan la arquivolta, se refleja el ciclo de la infancia de Cristo, así como dos capiteles con motivos de caza en el bosque.